De todos los días de tu vida hay uno que siempre será el más importante, a ese día lo llamamos hoy.

Sin duda alguna que los planes que hacemos para el proyecto que es nuestra vida tienen su referente al factor tiempo, es decir, no solo pensamos en qué es lo queremos o tenemos que hacer sino también cuándo, el problema es cuando ese cuándo, es decir, la cuestión de la temporalidad, nos atrapa en fijaciones hacia el pasado o preocupaciones hacia el futuro.

Sin duda alguna que el camino que en nuestra vida hemos recorrido es lo que ha venido a conformarnos con lo que actualmente somos. Este andar ha traído lo mismo gozos que dolores, y de igual forma alegrías que tristezas. Independientemente de ello una cosa que debemos tener muy en mente es que no podemos cambiar lo que ya fue, pero sí podemos aprender de ello para ser mejores.

De igual forma es más que evidente que todo lo que hacemos es con un fin, es decir, mira hacia el futuro y en ese futuro hacia conseguir algo. Pero en ese mirar al futuro no debemos perder de vista lo que efectivamente nos llevará a él y que es nuestro presente.

Te comento esto porque generalmente cuando pensamos en el pasado o en el futuro puede suceder que caigamos en una fijación hacia el primero o en una preocupación hacia el segundo.

La fijación hacia el pasado es específica, es decir, se concentra en situaciones claras y concretas que hemos experimentado las cuales pueden ser lo mismo por vivencias agradables que por experiencias desagradables. En ambos casos o bien añoramos lo vivido o nos lo recriminamos. Pero si vemos que el pasado ya no es, ya no existe, ¿por qué dedicarle tanto tiempo y esfuerzo de nuestra parte casi casi sacrificándole nuestro presente (por el tiempo y esfuerzo actual que le dedicamos)?

La preocupación hacia el futuro es general, es decir, se concentra en diferentes situaciones que pueden o no darse en diferentes escenarios y que de igual forma tienen el potencial de ser agradables o desagradables, si es que se dan. En ambos casos la preocupación estriba en procurar lo primero, es decir lo agradable, y tratar de que no se e lo segundo, es decir lo desagradable. De igual forma que con el pasado, si vemos el futuro, éste no es, aún no existe, luego entonces ¿cuánto tiempo y esfuerzo en preocuparnos por él debemos destinar en vez de ocuparnos de él en nuestro presente?

Pero lo más maravilloso es que contamos con el presente. En él las experiencias del pasado, agradables o desagradables, confluyen dándonos experiencia, formación, carácter, claro: si es que tenemos una actitud de aprendizaje, de mejora, de perfeccionamiento. De igual forma en el presente están las semillas de lo que puede ser nuestro futuro, obvio de igual forma: si es que nos ponemos a trabajar con seriedad y responsabilidad en el hoy para lograr el mañana.

En este sentido vemos que en el presente nuestro tiempo y esfuerzo es donde pueden realmente ser aprovechados y servirnos para la consecución de nuestras metas, sueños y objetivos en eso que llamamos nuestro proyecto de vida, así que ni fijaciones en el pasado ni preocupaciones en el futuro no servirá tanto como acciones en el presente.

El pasado ya se fue, bueno o malo ya no podemos cambiarlo, el futuro aún no llega y aunque sí podemos incidir en él esto solo puede hacerse en el presente, de ahí que de todos los días de tu vida hay uno que siempre será el más importante, a ese día lo llamamos hoy


Si quieres evitar el fracaso en tus proyectos, debes revisar con cuidado cuáles son tus actitudes en tu diario vivir, porque a veces hay un gran cúmulo de fallas que parecen insignificantes pero a la hora de obtener un resultado son decisivos.


¿Qué actitudes te conducen al fracaso?


Puedes repasarlas un poco, para asegurarte que no caes en ellas, algunas de esas actitudes nefastas para el crecimiento personal son las siguientes:

No puedo:
La gente que todo el tiempo está diciendo “no puedo”, se van convenciendo de ello y cada vez que lo intentan surge el autosabotaje que los lleva al mal resultado, todo es fruto de emplear palabras negativas. Lo cierto es que sí puedes lograr cualquier objetivo, si tienes paciencia, disciplina y una gran perseverancia, cumplirás tus metas.

Mañana comienzo:
A millones de personas les ha pasado que el “mañana comienzo” nunca llegó y sus sueños se desvanecieron como agua que se evapora en la tierra. Si tienes muchos Sueños Personales no comiences mañana, hazlo hoy, aunque sea con tareas básicas, eso transmitirá un sentido de urgencia en tu propia mente y remarcará el deseo de éxito que tienes.

Decir que se hizo suficiente cuando los resultados no se han presentado:
Decir “hice lo suficiente” sin haber cumplido una meta es un autoengaño, con excepción de un tiempo cerrado de actividades, donde una persona da lo mejor y no siempre se obtienen los resultados esperados. En el caso de estar trabajando en un proyecto de vida, jamás hay que pensar que se ha hecho lo suficiente si todavía la meta no se cumple. La mentalidad del ganador no está contando el número de actividades, sino trabajando duro para que alcanzar las metas.

Tener expectativas negativas:
Alguna gente trabaja y quizás tienen grandes competencias individuales, pero sus expectativas son negativas, emplean expresiones como las siguientes: “al menos lo intentaré”, “lo importante es participar”, “estoy seguro que no me elegirán”, etc. Quien se autoprograma para la derrota, llegará a la derrota, porque su expectativa se cumplirá.

Ejecutar el trabajo solo por salir del compromiso:
Algo típico de algunos sistemas burocráticos, como ocurre en algunas instituciones gubernamentales. Si la gente solo ejecuta el trabajo por quitarse el compromiso de encima, el resultado de esa mala actitud será un estancamiento profesional y muy reducidas posibilidades de éxito. Si se quiere adquirir la Frecuencia Mental Positiva que lleva a condiciones formidables, hay que hacer el trabajo con un gran amor, donde se otorgue más de lo que se recibirá, así se alcanza el éxito.

Todo lo que has conseguido en la vida es el fruto en gran medida de tu actitud, reflexiona respecto a tus logros en este momento y evalúa respecto a tus máximas aspiraciones, si estás un poco distante necesitas un cambio de actitud radical, renovar tu pensamiento para ser alguien diferente, una persona que está a la altura de sus sueños y por eso los cumple.


La complejidad de los negocios, su velocidad y la cruenta competencia, obliga a líderes y equipos a innovar de manera constante; el gran reto: una reinvención sin perder foco, a la cabeza de un líder que transforme y maneje efectivamente su equipo, desde el ámbito organizacional, estratégico y emocional.

Las capacidades y conocimientos, sin lugar a dudas, brindan herramientas gerenciales importantes para el manejo de equipos; sin embargo, el recurso humano de las organizaciones, su capital intelectual y potencial imponen nuevos retos para la gerencia, en las que competencias como el coaching brindan elementos movilizadores de cambio, desde un manejo efectivo y emocionalmente inteligente de las personas, que propicien avance y la cristalización de objetivos individuales y colectivos.

Si bien no existe un único estilo, algunas acciones y habilidades pueden hacer más fácil y efectiva la tarea de manejar equipo, para ello:

  • 1. Reconozca sus emociones, conózcase: identifique motivaciones, reacciones, detonantes; no se puede administrar o cambiar lo que no se conoce.
  • 2. Observe, analice: luego de conocerse, también es importante conocer su equipo, qué lo alegra, qué lo motiva, qué lo desmotiva, qué genera apertura, qué los predispone. No se trata de actuar como el equipo impone, pero sí de saber la manera correcta de abordarlos.
  • 3. Administre, pero sobre todo adminístrese: es imposible influir en los estados de ánimo y emociones de los otros, cuando ni siquiera mandamos en los propios; el autocontrol y la administración de la frustración son armas potentes en el manejo personal y de equipos.
  • 4. Intente en lo posible dar una sola directriz: la improvisación es el peor enemigo de un líder, sea coherente, planee, eso dará tranquilidad a su equipo sobre el camino a recorrer y el fin perseguido.
  • 5. Seduzca a su equipo: saber vender la idea es la clave para lograr un equipo motivado y compenetrado con la estrategia.
  • 6. Sea agradecido: no olvide que más allá de sus capacidades, el resultado al final será producto de la unión de fuerzas. El agradecimiento y reconocimiento motiva al equipo a trabajar desde su potencial, y le permite sentirse parte activa del proceso.
  • 7. Sea asertivo con sus palabras y acciones: sea congruente, claro, directo pero equilibrado. Recuerde que una mala actitud o una palabra confusa o agresiva, puede dañar el camino abonado y causar un rechazo por parte del equipo.
  • 8. Retroalimente: no espere a que algo malo suceda para acercarse en su equipo; nada más valorado a la hora de hacer sinergias que la palabra de aliento y el reconocimiento a la buena labor.
  • 9. Inspire: nada mejor que seguir a un líder carismático, humano, en el que se vean representados valores influenciadores, persistencia, determinación, optimismo; inspirar desde el ejemplo.
  • 10. Estimule intelectualmente a su equipo: reconozca sus capacidades, promueva la creatividad, la innovación, la búsqueda de nuevas soluciones, premie las ideas

Administre, gerencie, pero sobre todo sea un líder, transforme vidas, y haga que su equipo trabaje desde su potencial; en ocasiones, pequeños cambios hacen la diferencia; haga la diferencia en usted y su equipo, se sorprenderá de lo mucho que cada uno tiene para dar.


Muchas personas a día de hoy se encuentran y viven frustradas. Solamente es observar la expresión en sus caras, gestos, contestaciones verbales, la manera y forma en comunicarse, y esto tiene una causa principal; son personas que viven por debajo de su verdadero potencial y están como “oxidadas”.

Cuándo vives por debajo de tu potencial, tienes una sensación permanente de que no paras de dar vueltas sobre el mismo lugar, te sientes como un globo que está agarrado a la tierra, y por más que quiera volar alto y lejos no puede.

También puedes tener la sensación de no disfrutar de las cosas que haces, porque todo te parece rutinario, has perdido la curiosidad, la sorpresa, la motivación, el aprendizaje, y esto significa; que no hay pasión en tu vida.

Lo que más molesta y angustia cuándo vives por debajo de tu potencial, es que tienes la sensación de estar perdiendo el tiempo, es decir, se te está yendo la vida sin hacer cosas que te permitan vibrar, sentirte útil, aportar algo a quienes te rodean y dejar un legado.

¿Cómo puedes comenzar a desarrollar tu potencial?

Los caminos son varios, pero el que utilizo está basado en 4 claves:

Valores
Pasiones
Talentos
Visión
Seguramente las 4 claves te suenan y conoces el significado de cada una, pero te pregunto: ¿están presentes en tu vida a día de hoy?

Si sientes que estás estancado y no vibras, es porque estos cuatro tesoros no están presentes en tu vida a día de hoy.

A continuación voy a desarrollar brevemente que significan para mi estas 4 claves.

1 – Valores
He escrito y hablado mucho sobre los valores, es un tema que no me cansa y lo seguiré haciendo, porque considero que son la parte fundamental de cualquier persona que quiera vivir en plenitud y funcionando al máximo.

Estar conectado con ellos es sinónimo de que te sientas vivo y en total sintonía con tu esencia, es decir, con lo que eres. Y para desarrollar tu potencial al máximo es necesario que conozcas y honres a tus valores cada día de tu vida.

2 – Pasiones
Es lo que distingue a un SER humano vivo de otro que está adormecido o secuestrado por la apatía. Cuándo haces cosas que te gustan o te apasionan; tu rostro, tus gestos y tu tono de voz: transmite vida, motivación, inspiración y buena energía.

Trata de observarte como eres cuándo estás en contacto con algo que te apasiona, verás como tu potencial comienza a crecer.

3 – Talentos
Todas las personas tenemos algún talento o dones. No me creo de ninguna manera que tú no tengas nada de esto. Tal vez todavía no los has encontrado o utilizados por las circunstancias que sean, pero que te quede claro: tener los tienes.

4 – Visión
Tener una visión de vida al mediano o largo plazo (que reúna a tus valores, pasiones y talentos), es lo que te empujará hacia la meta, el objetivo, tus sueños, te hará sentir pleno y que tengas un gran motivo para levantarte cada mañana con entusiasmo.

Si quieres vivir aprovechando al máximo tu potencial, aprovechar todos los beneficios que tienes dentro y sentirte pleno; deberás ponerte en marcha ya, porque las cosas no vienen solas, porque hay que provocarlas y hacer algo para que lleguen.

El primer paso para esto, será que te conectes de manera sincera y comprometida con las 4 claves y luego una vez hecho esto: es necesario que las pongas en práctica cada día.

De ti depende si quieres utilizar tu vida como un coche de F1, es decir, exprimiéndolo a su máximo potencial o circular a 80 km., provocando que con el tiempo el coche acabe destrozando el potencial del motor.



Hoy más que nunca ante los retos que estamos enfrentando en el mundo de los negocios como en la sociedad en general, tenemos que asegurar el compromiso de aquellas personas que caminan junto con nosotros (sea en la empresa o en nuestra vida insisto), para poder alcanzar nuestros sueños y propósitos. Hoy el valor de la Confianza es vital en la estructura de nuestra organización y en nuestra vida. Confianza en nosotros mismos para poder disponernos a hacer todo aquello que por alguna u otra razón no nos hemos atrevido a hacer y confianza en los demás para que puedan de manera libre exponer sus cualidades, capacidades, habilidades y en general su potencial al servicio de nuestra visión empresarial o de vida.

¿Y porque adquirir la confianza de los demás es todo un reto?. Porque estamos más que acostumbrados a desconfiar que a dar el crédito a las habilidades y capacidades de los demás o porque estamos acostumbrados a juzgar sin dar fuerza al lado positivo de los demás, dejando que nos mine la vida todo aquello que a nuestro juicio vemos que es negativo. ¡Así de simple!.

Usted y yo sabemos que debemos focalizarnos adecuadamente si queremos llegar a cumplir nuestras metas y objetivos. El Plan de Negocios está ahí para asegurarse y lo repetimos a los cuatro vientos, buscando lanzar el mensaje de que los resultados son la más alta prioridad para nuestro negocio. Diseñamos con nuestro cuerpo ejecutivo el Plan Estratégico y definimos cuantitativamente el punto de referencia al que debemos llegar al final del ejercicio y sin embargo, ante los embates del mercado, ante el comportamiento de nuestros consumidores y ante la escalada de noticias negativas, nuestra fuerza se va minando.

En múltiples ocasiones lo he repetido y no me cansaré de seguir diciendo que ¡la satisfacción de nuestros clientes es nuestro más alto propósito!, pero para poder alcanzar un alto nivel de satisfacción con ellos, antes debemos hacer un trabajo magistral con nuestros colaboradores. Trabajar hacia adentro en un nivel superior, es la garantía de que podremos dar a nuestros clientes productos y servicios que le agregan valor a sus vidas y ahí está la oportunidad de fidelizarnos con ellos y también de diferenciarnos de nuestros competidores.

Ante la vorágine del cambio, ante la complejidad de todas las situaciones que tienen que ver con nuestra vida, está surgiendo la desesperanza, temores y miedos que generan como resultado que las personas se detengan antes de tomar riesgos para exponer su potencial. Aunque el tema de la innovación está más que claro, aún al interior de las empresas, hay hermetismo sobre el tema.

Planes de aportaciones de ideas y nuevas metodologías están surgiendo por doquier, pero en realidad son pocas las organizaciones que le están dando el justo valor a esto. ¿La razón? ¡No confían plenamente en el talento de su gente!

Y como digo de manera constante. ¿Si usted no tiene confianza en lo que hace y en quienes le siguen, entonces en qué y quienes confía?. No se puede ir tras resultados sobresalientes cuando uno no se dispone a probar hasta el límite el talento de los demás. ¿Se ha preguntado, qué tan alto puede llegar si en realidad cada cerebro que tiene su organización se pusiera en marcha?. Hemos llenado a las organizaciones de políticas y procedimientos (y no digo que no deban existir) permitiéndoles poco margen de maniobra para exponer su potencial a todos aquellos que están de su lado.

“Sin confianza, no hay compromiso, y sin éste, no hay liderazgo”.

Hoy más que nunca, usted debe asegurar un nivel de desempeño superior si lo que busca es colocarse en la preferencia de sus clientes, por lo tanto, alcanzar un nivel de liderazgo superior es la mejor clave para lograrlo. Debe construir una red muy amplia de relaciones de confianza a lo largo y ancho de su organización para asegurar que todos corren con un gran entusiasmo al mismo punto de referencia al que usted se ha trazado en su Plan Estratégico, es decir, con un gran compromiso por exponer el corazón mismo de la empresa en la satisfacción de sus clientes si es preciso.

¿Pero como asegurar el compromiso si no se cuenta con un despliegue de liderazgo en un grado superior?. Construir relaciones de confianza implica tener la suficiente cercanía con los demás para trabajar “work with” (Hombro con Hombro), y confiando en las capacidades y habilidades de los demás. Aquí algunos consejos:

Confianza en las personas: Confíe en el talento que ha contratado y permítale exponer el potencial a cada persona que labora junto a usted. Confíe también en el deseo de crecimiento de sus colaboradores a partir del trabajo que usted hace con ellos. De manera intencional, usted debe provocar éste crecimiento. ¡Es su responsabilidad!

Deje de preocuparse por aquello que la gente dice de usted: Hacerla de policía o investigador no es una tarea de los líderes. La verdadera responsabilidad de los líderes es ¡alcanzar un alto nivel de influencia a partir de hacer lo correcto siempre!, así que como responsable de otras personas debe ocuparse de que ellos admiren su comportamiento y su gran capacidad para obtener lo mejor de los demás antes que preocuparse por la opinión que éstos puedan tener acerca de usted.

Escuche con atención: Se requiere mucha más práctica para escuchar que para hablar. De hecho todo oye para responder antes que reflexionar sobre los mensajes que recibe. En la medida que como líder se abra a escuchar a los demás, podrá entender el valor de la experiencia.

Humildad: No se apegue al significado del nombre que tiene su puesto. Hágase la idea de que usted es un jugador más en el engranaje de la organización, y se le reclama cumplir con la responsabilidad. Antes que señalar a los demás, ocúpese de manera intencional de su desarrollo y crecimiento.

Identifique su más alta prioridad:¿Cuál es el propósito fundamental de su puesto? ¿Lo ha pensado seriamente?. He aprendido en el mundo de los negocios que los verdaderos resultados de las organizaciones no están precisamente en la cúpula, sino en la base de la operación. Si, ahí en la línea (Front line) de la operación. Su labor consiste realmente en inspirar, dirigir correctamente, entrenar, reconocer, comunicar asertivamente, cohesionar, facultar y en general desarrollar intencionalmente a los demás para que puedan enfrentar cualquier reto de cada al futuro.

Reconocimiento y más reconocimiento: Prepárese para obtener un alto nivel de compromiso con su gente a partir de reconocer sus logros y el trabajo bien hecho. Usted debe estar atento a cada paso en positivo que dan sus colaboradores para que éstos se dispongan a continuar siendo proveedores de un servicio excepcional a sus clientes internos y externos. Hoy más que nunca, ante el descontrol de las emociones (Temor, bajo nivel de estabilidad laboral, etc.) usted debe mantenerse lo suficientemente cerca para reconocer cada logro en la organización por pequeño que sea.
Privilegiar el trabajo de conjunto por encima del individual:Haga partícipe a toda su gente de los resultados que se van alcanzando de manera colectiva. Festeje con ellos en su justa medida cada paso hacia adelante. Asigne proyectos donde se pueda involucrar todas las áreas de la empresa como una sola unidad y dispóngase a llegar lejos en el trabajo de conjunto. Recuerde, usted debe involucrar a TODOS los niveles de la empresa no sólo a la hora de fijar objetivos sino también al fijar los valores que le llevarán a obtener amplios resultados como empresa.

Comunique el propósito constantemente: No se olvide jamás de continuar comunicando el propósito común para toda la organización para que todos ellos hagan de su causa, un resultado. La mejor calificación en términos de valor percibido en y con sus clientes.

Coordine apasionadamente: El entusiasmo del líder es directamente proporcional a la motivación de sus colaboradores.

Afirme a su gente: Hablar bien de los demás siempre genera un alto nivel de compromiso y un  gran sentimiento de confianza. Siéntase orgulloso de su gente, y hágaselos saber cada que pueda. Ellos valorarán este gesto de su parte y lo traducirán en comportamiento superior cuando de alcanzar los retos se trata.

Así es como usted debe enfrentar el futuro. Tiene que comprender que los clientes reciben en realidad lo que sucede en el corazón de su negocio cada día. Hoy más que nunca debe asegurar que los buenos resultados sucedan a partir de incrementar las capacidades de liderazgo de cada persona que colabora para ir junto con usted al cumplimiento de sus objetivos.


Las ocho rutinas con las que ganarás ese tiempo que se te va de las manos.

– Recopilar. Graba o anota todas las ideas que te pasen por la cabeza. Acostúmbrate a organizarlo con un orden que te permita acceder a ello y analizarlo más adelante.

– Procesar. Echa un vistazo a tu herramienta de recopilación a diario, y utiliza una serie de verbos (hacer, archivar, aplazar, eliminar, delegar…) para procesarlo.

– Elegir la herramienta. Analiza cuál de ellas te resulta más completa: lápiz y papel, teclado, un mapa de conceptos… Escoge la que te parezca más cómoda para lograr tu objetivo.

– Definir el contexto. Reflexiona sobre lo que puedes hacer en este momento y lo que no. Categoriza las prioridades. Puedes crear un calendario para poner fecha a tus objetivos.

– Trabajar la memoria. “Debes buscar el equilibrio, una frontera sensata entre tarea y proyecto que te proporcione la cantidad justa de información para estimular el flujo creativo”.

– El árbol de la importancia. “Puedes hacerte funcionalmente productivo, pero no significará nada si no trabajas en algo que te importe”.

– Archivar. Guarda las ideas en un depósito destinado a fines diferentes. De esta manera podrás acudir a ello cuando lo necesites.

– Repasar y terminar. Distingue entre lo pendiente, lo hecho y lo que vas a archivar.


En determinados momentos nos sentimos estancados, presos de la rutina. Sentimos cierta incomodidad y sabemos que necesitamos un cambio en nuestra vida pero no sabemos ni cómo hacerlo ni por dónde empezar. Puede ser que seas preso del aburrimiento o simplemente que un día cualquiera te despiertes y empieces a cuestionarte todo aquello que hasta el momento no era más que una parte de tu vida. En estos momentos es muy común plantearse pensamientos tales como “esto ya no me llena”, “me falta algo y no sé qué es”, “esto no es lo mío”, etc. Cuando esto nos pasa, nos sentimos perdidos y todo parece tener poco sentido. Es algo completamente normal. Sentirse así es la llamada de nuestro interior a cambiar, a analizar nuestra vida, nuestras conductas y creencias para darle un rumbo nuevo y más satisfactorio a nuestra existencia.

El cambio es natural, si te das cuenta la vida es constante cambio. Lo raro sería permanecer en la misma situación durante toda la vida. Sin cambio no hay crecimiento, y sin crecimiento no hay aprendizaje. Es parte de nuestro proceso de desarrollo personal. Tenemos que ir avanzando escalón a escalón, atravesar momentos de cambio, aprender y crecer como personas. Tanto si necesitas un cambio en tu vida porque no te sientes cómodo en tu situación actual como si la vida te ha puesto en una situación en la que tienes que cambiar si o si, presta atención a los siguientes truquitos para enfrentar el cambio de una forma positiva y sacar lo mejor de él.

Define una meta clara:analiza tu situación actual y tu situación ideal. ¿Qué cosas de tu presente necesitas cambiar para llegar a tu futuro deseado? Desarrolla una meta y un plan de acción para cambiar las cosas que no te gustan y construir un futuro mejor en base a tus valores, objetivos y deseos.

No hagas siempre lo mismo:si te encuentras estancado en una situación que no te agrada, haz algo completamente distinto a lo que has estado haciendo hasta ahora. Como decía Einstein “Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”.

Acepta la situación:no podemos cambiar algo hasta que no aceptamos lo que esa situación nos hace sentir. Un ejemplo se ve en las personas con depresión. Por mucho que su entorno quiera ayudarles, hasta que ellas no se den cuenta y acepten el problema, no podrán poner las herramientas necesarias para solucionarlo y hacerle frente.

Desconecta durante un tiempo:si puedes pasar unos días a solas y lejos de tu entorno, hazlo. Al alejarnos de nuestro entorno y pasar un tiempo a solas “nos alejamos” temporalmente de la situación, lo cual te ayudará a ver las cosas con perspectiva y desde otro ángulo. Aclara tus ideas relajándote y desconectando de todo. Es curioso pero cuando salimos de nuestra zona y desconectamos, las soluciones empiezan a aparecer como por arte de magia.

Borrón y cuenta nueva:saca de tu vida todo aquello que te contamine. Pueden ser personas, lugares, objetos o situaciones. No hay nada más refrescante que empezar de cero eliminando todo aquello que te impide crecer.

Tómate tu tiempo:nadie dijo que los cambios fueran fáciles, por ello se flexible contigo mismo, no te presiones. Cada uno de nosotros tenemos un ritmo de aprendizaje y de crecimiento interior. Permítete sentir rabia o tristeza si así lo sientes, al igual que sentimientos como la alegría y la ilusión. Son todos igual de válidos y necesarios.


¿Cómo ser feliz? Una pregunta a la que durante siglos han tratado de happinessdar respuestas lo más eminentes pensadores, filósofos, psiquiatras y psicólogos. La psicología positiva ha dado, audazmente, y dentro de un marco científico, la respuesta a esta pregunta esencial. Partimos de la base que la felicidad no es la mera ausencia de sufrimiento, al igual que la salud no es sólo la ausencia de enfermedad. Encontrar la felicidad supone algo más.

A grandes rasgos, la psicología positiva propone tres grandes caminos no excluyentes para ser más felices: el primer camino es buscar el placer y las emociones positivas para disfrutar más de la vida. Esto no significa tener que darse la “vida padre”, sino disfrutar de aquello que nos gusta, que bien pueden ser placeres sencillos: nuestra comida favorita, nuestro lugar favorito, realizar nuestras actividades favoritaso disfrutar de la compañía de nuestras personas favoritas. El ritmo de vida moderno nos deja poco tiempo para disfrutar de lo que realmente nos gusta, por lo que nuestra felicidad se ve mermada. Por ello es importante encontrar el tiempo exclusivamente para ti. No te prives de los placeres sencillos. Saborea estos momentos como quien paladea un buen vino para despertar tus emociones positivas. Recordar los buenos momentos también aumentará nuestra felicidad. Sin embargo, este camino tiene una gran limitación; y es que un mayor número de cantidad de experiencias placenteras similares no produce un mayor nivel de felicidad.

En un nivel superior encontraríamos la búsqueda de la felicidad a través de la vida comprometida, que también consiste en buscar el mayor número de emociones positivas posibles, pero haciendo uso de nuestras fortalezas personales, un auténtico arsenal de virtudes que todos poseemos y que tenemos que detectar. Por ejemplo, si encontramos un trabajo donde podamos aplicar estas fortalezas y habilidades seremos mucho más felices. Cuando realmente nos implicamos en tareas que nos gustan, somos uno con ella, y entramos en estado de flow, experimentando sensaciones de felicidad.

El tercer camino es encontrar un significado a nuestra vida, orientado nuestras acciones hacia un bien mayor que nosotros mismos. La vida con significado se centra más en el futuro, en contraposición a la vida placentera, que se enfoca en el presente. Es un camino muy ligado a ayudar a los demás y al altruismo.

El secreto de la felicidad plena es seguir los tres caminos, ya que son tres niveles complementarios.

Además, hay otras muchas acciones concretas podemos hacer para ser más felices, ya que activan nuestras emociones positivas, como por ejemplo:

◾ Enseñar a nuestros sentidos, mediante ejercicios regulares, a centrarse en lo positivo
◾ Escribir una vez al día las experiencias positivas que hayas tenido
◾ Ejercitar el optimismo
◾ Ejercitar la extroversión y las habilidades sociales
◾ Ser productivo en aquello que nos gusta
◾ Aprender a saborear el presente
◾ Mantenernos activos y ocupados
◾ Participar más en actividades sociales
◾ Realizar alguna actividad física
◾ No basar nuestra felicidad en nuestras posesiones materiales
◾ Apreciar lo que tenemos
◾ Disfrutar de lo que hemos logrado en nuestra vida
◾ Ser generosos con los demás
◾ Realizar actos altruístas
◾ Construir relaciones positivas
◾ Saber perdonar
◾ Mostrar gratitud
◾ Practica la asertividad
◾ Conocer nuestras fortalezas personales para ponerlas en práctica
◾ Ejercitar diariamente el sentido del humor
◾ Hacer planes para el futuro
◾ Visualizar el éxito en tus proyectos futuros, pero manteniendo unas expectativas realistas

Pregúntate qué clase de persona quieres ser y qué vida quieres llevar. Cuando sepas las respuestas podrás comenzar a desarrollar las habilidades para conseguir lo que realmente quieres. Las acciones que te hemos propuesto más arriba pueden adquirirse y ejercitarse, para ello tendrás que comprometerte seriamente contigo mismo con el fin de llevarlas a cabo.


Además del lenguaje verbal, para una comunicación efectiva es imprescindible el manejo de una correcta postura corporal.

Nuestra postura corporal, parte del conjunto del lenguaje no verbal que emitimos, refleja en gran medida nuestra actitud hacia nosotros mismos y hacia los demás.

Según la categorización del profesor Albert Mehrabian, la postura corporal puede ser de acercamiento (cuerpo inclinado hacia delante), contracción (hombros bajos, cabeza gacha), retirada (el cuerpo retrocede o se gira hacia otro lado) y expansión (pecho henchido, cabeza alta, cuerpo erguido). Cada una de estas posturas, que a su vez incluyen numerosos gestos, indican una actitud diferente, a saber:


◾La postura de acercamiento expresa interés por lo que la otra persona está diciendo
◾La postura de contracción indica un estado depresivo y de abatimiento
◾La postura de retirada indica rechazo o desinterés
◾La postura de expansión indica gran seguridad en si mismo o arrogancia



Como podéis comprobar en cualquier momento, la postura dice mucho de nosotros y de la impresión que causamos en los demás. Para mejorar la imagen que proyectamos en los demás es recomendable corregir nuestra postura en las interacciones sociales. Podemos hacerlo de la siguiente manera:

  • Adoptar una posición frontal: la posición frontal indica nuestro interés por que la otra persona nos escuche.
  • Mantener la cabeza alta: la cabeza hacia abajo indica entre otras cosas actitud negativa, suspicaz o desaprobatoria.
  • Evitar el cruce de brazos: el cruce de brazos puede trasmitir una actitud cerrada ante la otra persona, por lo que estamos creando una barrera inconsciente entre los interlocutores.
  • Elevar los hombros: los hombros elevados indican una actitud enérgica y confiada en una mismo.
  • Postura erguida: la postura erguida nos hace parecer alguien seguro y digno de confianza, del mismo modo que alguien encorvado transmite timidez, abatimiento, aburrimiento o baja autoestima.
  • Inclinar la cabeza ligeramente hacia delante: una ligera inclinación hacia delante denota interés por lo que la otra persona está diciendo.
  • Mantener las piernas ligeramente abiertas.
Es recomendable practicar las posturas corporales ante un espejo hasta conseguir realizarlas con naturalidad.

No podemos intervenir ni mejorar la postura corporal de una persona sin tener en consideración la proxémica. La proxémica es un término creado por el antropólogo estadounidense Edward T. Hall en 1963 para describir las distancias entre las personas mientras éstas interactúan entre sí. En otras palabras, es el espacio y la distancia que guardamos las personas al comunicarnos verbalmente. Obviamente, las distancias socialmente aceptadas varían en función de cada cultura, del contexto en el que nos encontremos y del grado de intimidad que tenemos con la persona con la que hablamos.

Si nos acercamos demasiado a una persona que acabamos de conocer, esta se sentirá incómoda al sentir invadido su espacio personal. Igualmente violento será alejarnos demasiado de nuestro interlocutor, ya que al superar la denominada distancia social, estaremos provocando una actitud negativa. En determinados contextos (por ejemplo, en un autobús lleno de gente), es aceptado reducir la distancia social. En las grandes urbes muy pobladas es normal que la gente camine y se relacione de manera mucho más próxima, por eso los habitantes de zonas rurales están acostumbrados a un espacio personal mucho mayor.

Según Hall, existen cuatro tipos principales de distancias
  • Distancia íntima: entre 15 y 45 centímetros. Es la que se da con las personas con las que tenemos mucha confianza y relaciones estrechas (amigos, familia, pareja…).
  • Distancia personal: entre 46 y 120 centímetros. Es la distancia correcta a mantener con personas conocidas pero no íntimas, como vecinos, compañeros de trabajo o de clase.
  • Distancia social: entre 120 y 360 centímetros. Es la distancia que tenemos que mantener con personas que no conocemos, como alguien que acaban de presentarnos o el dependiente de una tienda, por ejemplo.
  • Distancia pública: más de 360 centímetros (12 pies). Es la distancia en lugares públicos (hospitales, parques, etc).

Mantener nuestras interacciones en la distancia correcta en casa situación mejorará sensiblemente nuestras habilidades sociales y comunicativas.



De acuerdo a estudios médicos contemporáneos se ha concluido que el odio y el resentimiento son una de las principales causas del cáncer. 

¿Qué es el perdón?
Se habla mucho acerca del perdón, pero, en realidad, ¿Cuántas personas poseen las virtudes para perdonar? Es una decisión, una actitud, un proceso y una forma de vida. Es algo que damos a otras personas y algo que aceptamos para nosotros. 

El perdón es un acto que involucra tu fuerza de voluntad con el que te das cuenta que está en tu poder desprenderte de algo que te roba energía o tranquilidad.

Edgar Cayce, cuyo trabajo de vida lo llevó a ser el llamado "místico más grande de América y padre de la medicina holistica", descubrió en un muestreo de más de mil 436 lecturas de vidas pasadas, que las razones por las que las almas más se retrasan en su evolución se relacionan con el odio y el resentimiento, es decir, por no perdonar.

De acuerdo a estudios médicos contemporáneos se ha concluido que el odio y el resentimiento son una de las principales causas del cáncer. Existe evidencia de personas que han sanado cuando han perdonado o se han perdonado así mismas.

En terapia de vidas pasadas. Terapia emocional, programación neurolinguística, y en otras terapias, el perdón es un tema obligado indispensable para sanar y evolucionar. Existe una gran variedad de formas para llegar al perdón, pero es necesario, para que funcione, que las personas se encuentre convencida de que es favorable perdonar. Es decir, no perdonar sale muy caro, energéticamente hablando.

Antídoto contra el veneno del resentimiento.
La frase "perdonar y olvidar" puede ser muy significativa. Alguien puede hacerte daño, hacerte una jugarreta o traicionarte, y eso te convierte en víctima. Sin embargo, si tú permites que ese alguien te haga lo mismo nuevamente, aparte de ser víctima te conviertes en cómplice. Piensa eso. Sí, es necesario perdonar el dolor, pero la lección deberá ser recordada, de otra forma el patrón continuará.

Existe la idea errónea de que para perdonar necesitas mantener la relación. Perdonar simplemente significa que el perdonante pueda ser amable y cooperativo. Sin embargo, es necesario hacerse el mejor amigo de esa persona o mantenerla en tu vida. El acto del perdón pone el dolor original en un contexto de sanación y se evita crear otro escenario como víctima.

La persona necesita evitar ser víctima o que la otra persona sea su víctima. Es conveniente aprender a perdonar a los demás, sin embargo, no hay control sobre el perdón de otros hacia nosotros. Eso es asunto de ellos.

Un aspecto valioso de perdonar consiste en cortar las ataduras o cadenas que conectan a personas de forma negativa. Los que no desean perdonar a otros son prisioneros de su propio odio. Ese odio se convierte en veneno. Perdonar es el antídoto… Con el tiempo todas las almas llegan a comprender que el perdón – tanto a nosotros mismos como a otros- posee cualidades indispensables para nuestra sanación.

Una vez leí: "Cuando alguien nos lastima, debemos escribirlo en la arena, donde los vientos del perdón puedan borrarlo, pero cuando alguien hace algo bueno por nosotros, debemos grabarlo en piedra donde ningún viento pueda borrarlo. Aprende a escribir tus heridas en la arena y grabar con piedra tus aventuras".


Por crecimiento personal se entiende la actualización de las potencialidades humanas (psicológicas y espirituales) que la persona puede hacer más allá de su desarrollo natural en función de la edad. Con el trabajo de crecimiento personal la persona aumenta sus posibilidades de pensar, sentir y actuar de una manera saludable y plena. Es un trabajo distinto al que puede hacerse con la psicoterapia, destinada ésta a resolver problemas puntuales concretos. Sin embargo, a veces ambos tipos de trabajo coinciden y se complementan.

Se podría decir que la psicoterapia trata de ordenar algo que está desordenado, es decir, es el paso de la desorganización a la organización, del caos al equilibrio, mientras que el crecimiento personal trata de llegar a la plenitud, es decir, una vez que ya se tiene la organización y el equilibrio desarrollar la propia capacidad para el gozo, la vitalidad y la creatividad.

Una metáfora que puede ayudar a diferenciar el trabajo de psicoterapia del trabajo de crecimiento personal, es imaginar que cada persona tiene su propio jardín y es responsable de cuidarlo. El trabajo de psicoterapia consiste en limpiarlo de piedras, matojos y malas hierbas, remover la tierra, tapar los hoyos, etc., o sea, en dejar el terreno en buenas condiciones, mientras que el trabajo de crecimiento personal consiste en, estando ya limpio el terreno, regar y cuidar lo mejor posible las plantas y flores para que crezcan sanas y hermosas, expresando toda su belleza para deleite propio y de los demás.

Técnicas para el crecimiento personal

Clasificándolas en función de lo que cada técnica tiende a potenciar aun cuando es posible que cada una de ella actúe en mayor o menor medida en los otros campos:

Técnicas corpóreo-emocionales:

  • Vegetoterapia u orgonomía
  • Análisis bioenergético 
  • Terapia primal
  • Análisis afectivo-primal
  • Renacimiento o Rebirthing
  • Somaterapia


Técnicas de autoconsciencia:

  • Terapia Gestalt
  • Ensueño dirigido
  • Sofrología
  • Control Mental 
  • Psicosíntesis 


Técnicas interpersonales:

  • Análisis Transaccional 
  • Psicodrama 


La PNL (Programación Neurolingüística), es un modelo de pensamiento y acción que explica la conducta del ser humano. Surge a partir del estudio minucioso sobre los procedimientos empleados por diferentes personas sobresalientes en sus disciplinas. La idea subyacente en esta investigación es que si hacemos exactamente lo mismo que alguien exitoso en un área, maximizamos las posibilidades de obtener resultados idénticos. De este modo la PNL proporciona modelos de excelencia o recetas para obtener los resultados que deseamos.

Como toda cosmovisión, posee ciertos postulados, que en este caso, no pretenden ser verdaderos sino tan sólo útiles. Entre ellos, el lugar central está ocupado por el aforismo que afirma que “el mapa no es el territorio”. El significado de esta frase viene dado por la idea que no tenemos un acceso directo a la realidad en sí, sino que nos formamos representaciones de la misma y nos manejamos con ellas. Cada experiencia es traducida y codificada por la vivencia, construyendo una representación que posee diferencias con lo efectivamente acontecido.
Es por eso que se dice que el mapa, que es una representación de la realidad, no es el territorio.

A pesar de las distorsiones, el mapa o las representaciones, son absolutamente necesarias, ya que constituyen una guía, un modelo a través del cual nos manejamos en la vida. En este punto se puede comprender cómo una misma situación puede ser interpretada de diversos modos por las distintas personas que presencian el acontecimiento.

Lo que sucede en esos casos es que se representan el hecho de modo diferente. La consecuencia que se desprende de estos datos es, que el impacto que las experiencias tengan en cada uno de nosotros depende en gran medida de la representación que nos hagamos de las mismas. Este es un punto clave, ya que si bien no podemos controlar los sucesos, somos capaces de manejar con un alto grado de precisión el modo en que codificamos la realidad, y por lo tanto la influencia que las experiencias tienen en nosotros.

Convirtiendo los problemas en oportunidades.  Cuando nos encontramos en una situación difícil solemos abrumarnos mentalmente con los aspectos negativos de la misma. He aquí ciertas claves para poder sacar provecho de los problemas. Frecuentemente las cosas no suceden tal como lo habíamos planeado, episodios inesperados pueden obstaculizar el desarrollo de nuestros planes, o los sucesos no transcurren del modo previsto, entonces solemos preguntarnos: “¿Por qué?. ¿Por qué tuvo que pasar esto?. ¿Por qué me sucede esto a mi?. ¿Por qué las cosas marchan así?”. Preguntas que en general quedan sin respuesta y no hacen otra cosa que hundirnos aún más en el mar de nuestras preocupaciones. La propuesta que hacemos es que cuando se descubra a usted mismo formulándose estos “por qué” los cambie por “cómo” y se interrogue cómo llegó a ese resultado. Si puede seguir la secuencia de hechos y acciones que lo llevaron a ese desencadenamiento estará en condiciones de aprender del pasado, con lo cual podrá evitar continuar por el mismo camino que no lo llevó hacia su meta.

Otra actitud que tomamos habitualmente, bajo el influjo de circunstancias que consideramos desagradables, es concentrar nuestra atención en el problema, en lugar de evaluar los resultados. En PNL suele decirse que no existen los fracasos, sólo podemos obtener resultados. Llevamos a cabo determinadas acciones y conseguimos resultados, que pueden o no ser los que deseábamos, si no lo son, deberíamos cambiar nuestro accionar. Por otro lado, si evaluamos la situación que vivimos como mala, tenemos altas posibilidades de sentirnos al y difícilmente podamos pensar con claridad. En lugar de evaluar los hechos como buenos o malos, la propuesta es buscarles la utilidad: ¿Para qué nos puede servir lo acontecido?. ¿Qué aprendizaje podemos obtener?.

Cuando a cambio de interrogarnos por qué nos cuestionamos cómo, en vez de centrarnos en los problemas pensamos en resultados, y finalmente, si en lugar de juzgar las circunstancias como buenas o malas buscamos la utilidad, obtenemos una nueva perspectiva que nos permite tener una actitud más positiva.

Al seguir estas sugerencias podemos descubrir que aquello que alguna vez consideramos un problema puede ser una posibilidad para enriquecernos y seguir adelante con nuevos recursos.

Como optimizar la comunicación. Dado que la buena comunicación es una herramienta fundamental tanto en el ámbito empresarial como en la vida diaria, podría ser de suma utilidad poseer los medios para aumentar su eficacia.

Partiendo de la base de que cada persona tiene un modo particular de comunicarse y de que a determinada gente le resulta más sencillo y agradable entablar un diálogo con cierto grupo de personas que con otras, se han estudiado los factores que intervienen en esto.

Las investigaciones arrojan como conclusión que los seres humanos pueden dividirse en tres grandes categorías de acuerdo a su canal de comunicación preferido.

En primer lugar puede ubicarse al grupo de personas que procesa la información principalmente como imágenes, llamado visual. En su expresión verbal utilizan frecuentemente palabras tales como: ver, mostrar, aclarar, etc. Suelen mantenerse derechos, con la cabeza erguida y hablar rápidamente con un tono de voz agudo.

En segundo lugar se encuentra la categoría denominada auditivo, la misma está compuesta por quienes poseen mayor facilidad para captar y procesar sonidos y palabras. Su postura corporal habitualmente es distendida, con la cabeza ligeramente inclinada hacia un lado. Respecto a su modo de hablar es destacable su buena modulación, el tono de voz es timbrado y suelen tener expresiones tales como: me suena, soy todo oídos, sintonizar, etc.

Finalmente están quienes tienen cierta preferencia por el canal kinestésico, que hace referencia básicamente a la percepción y procesamiento de emociones y sensaciones. Los que pertenecen a este grupo acostumbran adoptar una postura muy distendida, su tono de voz es grave y el ritmo de su habla es lento, a su vez hacen uso frecuente de metáforas del mundo físico, dirán por ejemplo que las cosas les resultaron pesadas o intensas.

Si bien todos utilizamos los tres canales de comunicación hay uno que utilizamos con mayor frecuencia, ese es nuestro canal preferido.

Cuando dos personas se comunican a través de canales diferentes suelen aparecer dificultades para entenderse, puesto que es como si hablaran en idiomas distintos, incluso pueden llegar a discusiones en las que ambos sostienen la misma idea central, pero expresada de un modo tan diferente que no logran llegar a un acuerdo. Al contrario, cuando utilizan el mismo canal ambos perciben que logran una relación armónica y de mutua comprensión, independientemente de si se trata de alguien a quien se conoce o no.

Ese es el motivo por el cual un modo de mejorar la comunicación es primero averiguar cuál es el canal preferido de nuestro interlocutor y luego expresar nuestras ideas en términos de ese canal. Esto puede ser potenciado si además adoptamos una postura corporal y tono de voz similares. No se trata de imitar al otro, ya que en ese caso el efecto sería adverso, se trata de comunicarnos del modo que a la otra persona le resulte más familiar, para lo cual adaptamos nuestro lenguaje al suyo, eso traerá como efecto empatía y comodidad en el otro, creando las condiciones ideales para que nuestro mensaje sea captado íntegramente, dado que aumenta al máximo la receptividad.

Si debemos dirigirnos a un amplio auditorio, entonces lo mejor es usar alternativamente cada canal, de ese modo nos aseguramos que la información llegue fluidamente a todos los participantes, y que cada uno de ellos pueda incorporarla y procesarla a su manera. Los resultados obtenidos al implementar esta técnica son principalmente la creación de un clima ameno, donde todos los participantes se sientan cómodos, logren encontrar una perspectiva común en el abordaje del tema que los convoca y puedan dialogar en los mismos términos, mejorando notablemente la calidad de la comunicación y aumentando la posibilidad de ser comprendido por un mayor número de personas.

Al trabajar y practicar con PNL se encuentran herramientas para poder mejorar y ampliar los canales de comunicación tanto con uno mismo como con las personas que constituyen nuestro entorno. Tengamos en cuenta que en la mayoría de los casos la importancia y efectividad de un mensaje no depende tanto del contenido sino de la forma en que este es expresado.

¿Cómo hablar en público sin miedo?

Lograr pararse frente a una audiencia a dar un discurso o para vender nuestra idea de negocios no es tarea fácil. En el mundo del emprendimiento, siempre es importante aprender a hablar en público para así lograr contar nuestra idea de una forma sencilla para que cualquiera lo entienda.

Sin embargo, cuando las manos empiezan a sudar, las palabras se enredan y los nervios invaden, podríamos estar perdiendo una gran oportunidad.

¿Cuáles son los 4 consejos para hablar en público sin miedo?

  • Habla con intención. Es importante que tengas claro el objetivo de lo que quieres decir. Cuando no sabes a quién le estás hablando ni porqué lo estás haciendo, es más probable que tu charla fracase. Escucha a Margarita para entender mejor cómo encontrar tu objetivo. 
  • Ten un indicador para saber si ese objetivo se está cumpliendo. ¿Necesitas hablarle a 1000 personas o lograr que únicamente 10 personas compren tu producto?
  • Confía en ti. La primera persona que debe estar segura y proyectar confianza en el mensaje que estás entregando eres tú. 
  • Sé auténtico, tu discurso debe tener personalidad, un toque único, no debe ser nunca una receta genérica, dale tu toque
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